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sábado, 8 de octubre de 2022

Práctica T4. Juegos cooperativos: Piensa - Comparte - Actúa

Después de realizar la práctica de juegos cooperativos en el gimnasio, ¿cómo plantearíais la dinámica de retos físicos cooperativos en una clase con alumnado de Educación Infantil? ¿Qué aspectos se han de tener en cuenta como docente? ¿Cuándo plantearíais este tipo de retos?




Entrada disponible hasta el 18/10/22.

16 comentarios:

  1. Los juegos cooperativos según Leyva (2011), son juegos que implican dar y recibir ayuda para contribuir a un fin común, teniendo las siguientes ventajas:

    - Promueven la comunicación, aumentan los mensajes positivos ente los miembros del grupo y disminuyes negativos.
    - Incrementan las conductas pro-sociales (ayudar, cooperar, compartir…) y las conductas asertivas en la interacción con iguales.
    - Disminuyen las conductas sociales negativas.
    - Potencian la participación en actividades de clase y la cohesión grupal, mejorando el clima de aula.
    - Mejoran el concepto de uno mismo y de los demás

    Por lo tanto, para que se pueda cumplir los objetivos de estos juegos, es importante que todos los integrantes del juego cumplan una serie de requisitos, como tener el mismo fin (objetivo) y participar todos de una forma igualitaria.

    La forma en la que yo plantearía la dinámica de retos físicos cooperativos en una clase de Educación Infantil sería bastante parecida a como realizamos en la práctica de gimnasio. En pequeños grupos, prepararía una serie de retos en los que todos tienen que participar para conseguir cumplir ese reto. Por ejemplo, tendrán que crear un puente entre dos aros (con material limitado) y cuando todos lleguen al otro lado, tendrán que explotar un globo, con la condición de que tienen que estar todos tocando el globo en ese momento.

    Uno de los aspectos más importantes para tener en cuenta como docente a la hora de realizar juegos cooperativos es, para poder conseguir un aprendizaje significativo, ser un guía para el alumnado y no intervenir de una forma en la que condicionaría la solución de los retos. A su vez, motivar al alumnado para buscar soluciones individuales de cada grupo, animando que todos son válidos si funcionan para solucionar los retos propuestos.

    En mi opinión, los juegos cooperativos se deberían de practicar lo más a menudo posible, ya que tiene un gran abanico de beneficios para el alumnado, tanto personales como en grupo. Si queremos trabajar en especial las habilidades pro-sociales, hay varios beneficios que nos sugiere Zabala-Irastorza (2015):

    - Los individuos se percatan que la consecución del objetivo se basa en que todos lo logren. Lo que lleva a la cooperación.
    - Valoran las acciones de sus compañeros.
    - Se sensibilizan ante las solicitudes y necesidades de sus compañeros.
    - Se ayudan con frecuencia.
    - Mayor producción a través de la cooperación.
    - Se desarrolla mayor interacción y amistad entre sus miembros.

    Por lo tanto, el momento en el que trabajaría los juegos cooperativos seria en momentos que se observa conflicto en el aula, para que puedan aprender a cooperar juntos y apreciar que se necesitan el uno al otro. También, como dinámica para que el alumnado se conozca mejor, utilizando el jugo cooperativo como una herramienta socializadora.

    Leyva Garzón, A. (2011). El juego como estrategia didáctica en la educación infantil.

    Tejero Rodríguez, J. C. (2022). Aprendizaje cooperativo en Educación Infantil: el juego cooperativo como herramienta de aprendizaje.

    Zabala-Irastorza, M. A. (2015). Juegos cooperativos en el recreo: Una propuesta para fortalecer la cohesión grupal y favorecer las conductas prosociales en Educación Infantil (Bachelor's thesis).

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  2. Tal y como su nombre indica, la cooperación es la base de estos juegos, los juegos cooperativos. Según Agüero, E. C. (2013) dicha cooperación a la cual nos referimos es la que alude a la búsqueda de objetivos comunes, conlleva un trabajo cooperativo, pensar en todos(as) y no en los intereses individuales, aunque sí en la riqueza de cada aporte individual para el logro de las metas comunes. Este aporte individual implica, dentro del proceso de cooperación que se vivencia en los juegos cooperativos, asumir una responsabilidad solidaria individual para aportar a la responsabilidad grupal para el mejoramiento de la experiencia, pues se busca crear relaciones menos competitivas, menos excluyentes y más respetuosas, armoniosas, afectivas y empáticas.

    De este modo, las experiencias y vivencias mediante los juegos cooperativos permiten valorar a los integrantes del grupo en sus diferentes habilidades, actitudes, formas de pensar y conocer, lo que permite que cada uno contribuya con los demás en su enriquecimiento al compartir y reflexionar acerca de sus experiencias y visiones.

    Por esta razón considero que llevaría a cabo estos juegos cooperativos dividiendo al grupo en pequeños reagrupamientos ya que de este modo se facilita una mayor participación del alumnado en cada actividad porque resulta más fácil que todos y todas intervengan en un grupo de 8-10 personas a que lo hagan en un grupo con 25 compañeros. Podría lograrse, pero resultaría más dificultoso.
    Además, a la hora de diseñar la actividad habría que tener en cuenta que esta implique un reto, es decir, que contenga una dificultad en la que entre todos y todas tengan que hallar una solución eficaz. Por ejemplo, con una serie de normas o acuerdos, como vimos en el ejercicio que realizamos la pasada sesión en el gimnasio en la que todo el grupo debía colocarse en el orden inverso encima del banco con la condición de que nadie cayera de él, o con alguna restricción como falta de material, etc.

    Como hemos comentado anteriormente, mediante este juego podemos observar la conducta de los infantes, por lo que considero que algunos aspectos a tener en cuenta durante el desarrollo de estos serían la integración del grupo e implicación de cada uno de ellas y ellos en el juego; las necesidades de cada alumno, ya que puede haber algún alumno que sea más tímido o que le cueste más socializar y participar con los compañeros; y por último, sobre los conflictos que puedan surgir o las dificultades en el juego, considero que el o la docente debería limitarse a observar y guiar, sin intervenir demasiado para no entorpecer la iniciativa de los más pequeños y que desarrollen por sí mismos el espíritu crítico.

    Finalmente, debido a que el juego cooperativo nos permite educar en valores, desarrollar cualidades como ser empático, servicial, respetuoso...Y conocer y socializar más entre el grupo, los llevaría a cabo al inicio de curso, a modo de un primer acercamiento, que pierdan la vergüenza, que comiencen a conocerse, etc. Y también, tras un conflicto generado en el grupo, para calmar la situación y que comprendan mediante el juego la importancia de una convivencia agradable en la que todos cooperen y busquen un mismo objetivo.


    Agüero, E. C. (2013). Experiencias y aprendizajes con juegos cooperativos. Revista de paz y conflictos, 6, 107-123.

    Fernández Villavicencio, A. R. (2018). El juego cooperativo para desarrollar habilidades sociales en los niños de cuatro años del nivel inicial de la Institución Educativa Particular Cuna Jardín Los Canguritos-Chancay, 2018.

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  3. En primer lugar, Antón (2011) define los juegos cooperativos a partir de cuatro características básicas: todos los participantes tienen un fin común y deben trabajar juntos, para ello deben combinar sus habilidades y unir sus esfuerzos, todos ganan si se consigue la finalidad y todos pierden en caso contrario, por último, los jugadores no compiten nunca entre ellos.

    De esta manera, en el momento de llevar estos juegos cooperativos a Educación Infantil, cada uno de los alumnos/as debería conocer previamente los objetivos de estos para poder aplicarlos a la práctica. Personalmente, eliminaría juegos relacionados con carreras de relevos o grupos que compiten entre si por ganar algún premio, ya que lo verdaderamente importante no es ser el primero, sino el transcurso de obtener el verdadero objetivo junto a tus compañeros/as.

    Así, plantearía actividades donde, por ejemplo, deben trasladar algún objeto como un balón o pelota de un lado a otro, con lo que se necesita de todos los miembros de un equipo para conseguirlo, y donde lo que importa no es llegar antes, sino simplemente llegar. También, en la propia práctica realizamos retos, donde se necesita de creatividad para lograrlos y todos los compañeros/as deben estar involucrados. Todos ellos, son buenas tácticas de aprendizaje cooperativo que eliminan rivalidad y otros aspectos negativos.

    A la hora de llevar esto al aula, hay que tener en cuenta diversos aspectos como docentes, sobre todo en una clase de Infantil. Según nos señala Blanco et al. (2010), la característica más importante para realizar estas actividades es saber priorizar unos contenidos sobre otros, y tomar las decisiones de cómo llevarlos al aula, cuándo y cómo vamos a evaluarlos. También, una buena técnica para conseguir centrar la atención de los alumnos es establecer un clima de relación basado en la confianza y la seguridad, tratando de potenciar su curiosidad, estimulándoles y sorprendiéndoles.

    La ubicación donde se lleven a cabo los juegos también será importante y decisivo en el seguimiento y desarrollo de la actividad, así como del comportamiento de los niños/as. Para seguir potenciando su intervención en ellos, será necesario que todos sean conscientes de que configuran una parte esencial y que sin uno/a de ellos/as, no sería posible seguir adelante. Así, deben jugar por el mero hecho de cooperar, compartir ideas y pasárselo bien con su equipo, pero nunca con el objetivo de intentar ser mejor que otros grupos o compañeros/as.

    Además, el mejor momento para llevar a cabo estos juegos cooperativos es cuando los niños/as no se conocen mucho entre ellos, ya que es una buena forma de entrelazar relaciones humanas y de crear un buen clima de clase. De todas formas, aparte de potenciar la socialización e inclusión, también será un buen recurso a la hora de trabajar la psicomotricidad y otras habilidades.

    Referencias bibliográficas:
    · Antón, E. (2011). Los juegos cooperativos en educación física. Pedagogía magna, (11), 109-116.
    · Blanco, R., Casado, M. L., Díaz de Prado, F., Gómez, J. J., Martín, F. J., Martínez, J. M., y Ramos, M. J. (2010). Tecnología. Investigación, innovación y buenas prácticas (Vol. 3). Ministerio de Educación.

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  4. De acuerdo con Omeñaca y Ruiz (2007), las actividades lúdicas cooperativas son aquellas en las que se demanda a los jugadores una forma de actuación orientada hacia el grupo, en la que cada participante colabore con el resto para la consecución de un fin, siempre de carácter común. De igual forma, autores como Orlick (1986), ensalzan cuatro características específicas de los juegos cooperativos, las cuales son las siguientes:
    -Cooperación como base de la ejecución.
    -Aceptación, por parte de todo el alumnado, dado que aspiran a un fin común el cual consiste en trabajar juntos.
    -Participación, combinando así todos los participantes sus diferentes habilidades uniendo esfuerzos.
    -Diversión, ya que todos ganan si se consigue la finalidad y todos pierden en caso contrario.

    De esta manera, a la hora de introducir este concepto en el aula de Educación Infantil, es primordial recordar al alumnado que el objetivo del juego no puede representar el único punto de unión entre ellos, dado que, de lo contrario, habrá más posibilidades de que aparezcan actitudes negativas tales como competitividad, agresión, discriminación, etc. Poleo y cols. (1990).

    Es por ello por lo que, como futura docente, para llevar a cabo este tipo de juego, haría uso de estrategias como la división del alumnado por grupos, para así facilitar y conseguir una mayor participación de estos en los juegos que se desarrollarán a lo largo de la sesión. Asimismo, adecuaría la propuesta de actividades cooperativas a los aprendizajes previos de los alumnos/as. Puesto que, de este modo, cada niño/a podrá poner en juego los recursos necesarios de los que disponga para lograr un aprendizaje significativo. Además, la actividad que se pretenderá realizar deberá contener un componente de reto, es decir, tiene que presentar alguna dificultad para que así el alumnado indague y encuentre una forma de superarla colectivamente. Por ejemplo, los diferentes juegos que realizamos durante la cuarta sesión, en la que debíamos mantener el equilibrio sobre un banco suizo o debíamos conseguir pasarnos la pelota sin que cayese al suelo.

    Llegados a este punto, cabe destacar que, tal y como afirman diversos autores como Omeñaca y Ruiz (2007), el hecho de organizar un juego cooperativo en el aula no garantiza que el funcionamiento del grupo también sea cooperativo. Por tanto, es importante recordar a los más pequeños/as algunos aspectos como la integración de todos los miembros del grupo y su implicación, las necesidades que pueda presentar cada niño/a y evitar que imperen actitudes negativas como por ejemplo el egocentrismo y la tendencia a la competición desde una vertiente insana, así como el incumplimiento de las reglas del juego.

    En última instancia, creo que los juegos cooperativos deben introducirse cuanto antes en el grupo-clase, sobre todo, al inicio del curso académico con el propósito de que el alumnado obtenga la suficiente confianza con el resto de sus compañeros/as para sentirse cómodo en su ambiente de trabajo. Además, es crucial educar en valores positivos desde la primera infancia.

    Bibliografía:
    OMEÑACA, R. y RUIZ, J.V. (2007). Juegos cooperativos y Educación físic. Ed. Paidotribo. Barcelona.

    ORLICK, T. (1986). Juegos y deportes cooperativos. Ed. Popular. Madrid.

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  5. Férnandez-Río (2017) dicta que el aprendizaje cooperativo es un modelo pedagógico en que los estudiantes aprenden con, de y por otros estudiantes a través de un planteamiento de enseñanza-aprendizaje que facilita y potencia la interacción e interdependencia positiva.

    Podemos hablar de aprendizaje cooperativo en Educación Física cuando la situación demanda una relación de interdependencia positiva entre los participantes con el fin de lograr un objetivo definido, conocido y compartido por todos ellos.

    Por otro lado, Velazquez (2004) señala que podemos definir las actividades cooperativas como actividades colectivas donde las metas de los participantes son compatibles y donde no existe oposición entre las acciones de las mismas, sino que todos buscan un objetivo común, con independencia del papel que desempeñen.

    Jiménez Iglesias, J.M. (2017). El aprendizaje cooperativo como método de enseñanza en Educación Física.

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  6. Como ya he mencionado anteriormente (en el comentario del tema 4.P1) Jiménez V. (2012) dice que el aprendizaje cooperativo se basa en que los alumnos y alumnas aprendan gracias los/as unos/as a los/as otros/as, gracias a la ayuda entre ellos/as y no al maestro/a.

    Para llevar a cabo este tipo de juegos en un aula de Educación Infantil le daría un enfoque muy claro desde el primer momento. Lo primero que haría sería presentar el juego en cuestión con mucha claridad, además vincularía el juego a otra actividad anterior para facilitar su comprensión. También informaría dentro del juego a cada alumno y ,por supuesto, al finalizar el juego daría pie a un tiempo de diálogo para poder comentar cómo se han sentido en todo momento y cualquier aportación que quieran compartir con el resto de sus compañeros/as siempre que sea desde el respeto.

    Como futura profesora tendría muy en cuenta el ambiente ya que para que se produzca un correcto aprendizaje dentro del juego hay que hacerlo en un entorno adecuado. Por esta razón daría referencias para que pudieran tener ejemplos, distribuir las responsabilidades y confrontar los máximos puntos de vista posible.

    Al igual que tendría en cuenta el comienzo de este tipo de juego también daría gran importancia a la evaluación. Garaigordobil, M. (2013) decía que para evaluar a los niños y niñas de Educación Infantil se deben administrar varios instrumentos de evaluación con garantías psicométricas de fiabilidad y validez, estos instrumentos deben utilizarse antes y después de la intervención para medir un abanico de variables sociales, emocionales, madurativas e intelectuales.

    Los juegos cooperativos serán un tipo de actividad muy presente en mis futuras clases pero en algunos casos concretos serán la metodología que usaré principalmente. Este tipo de juego previene la violencia en los centros escolares según Landazabal, M. G. y Azumendi, J. M. F. (2006).

    Referencias bibliográficas:
    - Jiménez, V., Aprendizaje cooperativo en Educación Infantil, 2012
    - Landazabal, M. G. y Azumendi, J. M. F. (2006). El juego cooperativo para prevenir la violencia en los centros escolares: evaluación de programas de intervención para la educación infantil, primaria y secundaria (Vol. 4). Ministerio de Educación.
    - Garaigordobil, M. (2013). Una propuesta de juego cooperativo y creativo para niños y niñas de Educación Infantil. Entre Líneas, 36, 5-12.

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  7. Cuando se plantea una actividad en un aula, es fundamental conocer las características y habilidades de los alumnos y alumnas, para así poder plantear las actividades con las adaptaciones pertinentes.

    Los juegos cooperativos, son los que se realizan sin fines de competición, es decir, los alumnos juegan colaborando unos con otros y hacia un mismo objetivo común. A la hora de plantear un juego cooperativo es primordial dejar claro que en los juegos cooperativos el objetivo no es ganar, sino ayudarse unos a otros. Por ello, se pueden plantear como misiones o retos conjuntos, que requieren de la colaboración de todos los alumnos y alumnas para ser conseguidos. Además, es muy importante insistir en que para que el juego se realice bien deben participar todos los alumnos y alumnas, independientemente de si son buenos o malos en dicho juego, ya que no hay tiempo limitado para hacerlo.

    En este caso, al plantear juegos de cooperación, los docentes se deben enfocar en cumplir los siguientes objetivos para que realmente sea juego cooperativo:
    - Que el objetivo del juego sea común.
    - Que no exista ningún tipo de competición entre los participantes.
    - Que el error sea motivo de diálogo y socialización, para así buscar soluciones de forma conjunta.
    - Que los alumnos y alumnas sean capaces de valorar positivamente los éxitos ajenos.
    - Que se fomenten e integren las conductas de ayuda y un alto grado de comunicación e intercambio de información.
    - Que se propicien las relaciones empáticas, amables y constructivas entre el alumnado.

    Definitivamente, pienso que los juegos cooperativos son aplicables en cualquier momento de la jornada escolar. Es decir, no solo los utilizaría en el aula de educación física, puesto que pienso que en asignaturas como matemáticas o historia se pueden realizar juegos cooperativos. Para así mejorar las relaciones entre los alumnos y alumnas y aumentar su motivación a la hora de desempeñar las tareas a través del juego.
    Aunque es cierto, que si se pretende lograr que todos los alumnos colaboren, se deben plantear los juegos de forma adecuada. Para ello, se deben ensalzar las potencialidades educativas de las actividades lúdicas cooperativas en función de los hitos evolutivos de los alumnos y alumnas.

    Referencias bibliográficas:
    Cilla, R. O., & Omeñaca, J. V. R. (2007). Juegos cooperativos y educación física. Editorial Paidotribo.
    https://books.google.es/books?id=fy_qy1n84H8C&lpg=PA3&ots=VCrIGbbkDz&dq=claves%20para%20hacer%20juegos%20cooperativos&lr&hl=es&pg=PP1#v=onepage&q&f=false

    Cerchiaro-Ceballos, Elda; Barras-Rodríguez, Rafael; Vargas-Romero, Heilen. Juegos cooperativos y razonamiento prosocial en niños: efectos de un programa de intervención Duazary, vol. 16, núm. 3, 2019, Septiembre-, pp. 40-53 Universidad del Magdalena Colombia
    https://www.redalyc.org/journal/5121/512164590004/512164590004.pdf

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  8. Los juegos cooperativos son, según Omeñaca (2002:77), actividades en que todos los participantes llegan a un objetivo común, en los que todos y todas compiten contra algo externo y no entre ellos mismos, además de que unen sus habilidades para alcanzar esa meta u objetivo todos juntos.

    Para que este tipo de juegos se realicen correctamente y que no se convierta en juegos individualistas o competitivos, los docentes deberían tener en cuenta varios aspectos, como por ejemplo los aprendizajes previos que tengan los niños y niñas, por lo que los maestros y maestras tienen que amoldarse a aquello que saben. Además, deben guiar los comportamientos egocéntricos y competitivos que aparezcan hacia unos de aspecto colectivo. Los docentes tendrán también que establecer unas normas y darles importancia para que queden bien reflejadas y se respeten en los juegos, evitando así que hagan trampas. Por último, como el concepto de cooperación conlleva, los/as profes habrán de crear ambientes en que todos y todas sientan que pertenecen a un grupo, fomentando la inclusión en él y eliminando situaciones comparativas entre ellos (Omeñaca y Ruiz, 2007).

    El cómo plantearía este tipo de juegos sería dividiendo al alumnado en grupos pequeños proponiendo actividades en que todos y cada uno de los miembros de los grupos participaran en conjunto para alcanzar un objetivo, ya sea cruzar un puente hecho con ladrillos sin pisar el suelo, pasarse una pelota con la frente con las manos en la espalda, entre otros. Además, los plantearía de forma que los niños y niñas desarrollaran su imaginación y creatividad para poder cumplirlos de manera distinta entre ellos.

    Por otro lado, los plantearía tanto al inicio de los cursos de Infantil como al final, ya que al principio puede que los niños y niñas no se conozcan tanto y servirían como inicio para desarrollar las habilidades sociales, emocionales y establecer relaciones afectivas con tanto con sus iguales como las personas de su entorno (el maestro o la maestra), y al final del curso podrían servir para ver si la cooperación que se persigue y trabaja en el aula está bien cimentada.

    Tejero Rodríguez, J. C. (2022). Aprendizaje cooperativo en Educación Infantil: el juego cooperativo como herramienta de aprendizaje [Trabajo de Fin de Grado]. Universidad de Valladolid.
    Castillo Retamal, F., Mancilla Saldivia, H., Quezada Luengo, F., & Vivallo Ramírez, G. (2014). El juego cooperativo como herramienta de aprendizaje. VIREF Revista De Educación Física, 3(1), 1–15. Recuperado a partir de https://revistas.udea.edu.co/index.php/viref/article/view/18921

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  9. Según Antón Agramonte (2011), el juego y las metodologías cooperativas engloban el disfrute del aspecto lúdico compartiendo ideas y esforzándose para lograr un objetivo común. Comúnmente se suele confundir el juego cooperativo del juego colaborativo. Bajo la clasificación de Johnson (1981), citado por Antón Agramonte (2011), podemos dividir el juego en tres tipos;

    -Juegos con meta individualizada.
    -Juegos con meta de competición.
    -Juegos con meta de cooperación: sus objetivos son iguales para cada participante, y van unidos a los de los demás, de tal forma que solo puedes alcanzar la meta si todo el equipo alcanza la suya.

    Bajo mi punto de vista, una buena técnica para trabajar el juego cooperativo sería formar pequeños grupos que aseguren la participación real de todo el alumnado, ya que conforme más grande sea el grupo, más difícil será que todo el mundo participe al mismo nivel. Por otro lado, los grupos podrían ir rotando para que todos y todas trabajen con todo el grupo. A parte, será muy importante contagiar una actitud de cooperatividad y competitividad en su punto justo.

    En conclusión, los juegos cooperativos podrían definirse como aquellas actividades en las que los jugadores/as actúan tomando decisiones orientadas al equipo, en las que cada participante colabora con el resto para alcanzar un objetivo compartido.

    Orientado a Educación Infantil, creo que la cooperación se puede trabajar, es más, debería trabajarse. Además, las maestras y maestros tienen un papel fundamental en la presentación de estos juegos, ya que muchas veces, y de manera inconsciente, metemos competitividad de más en estas actividades. Los/las docentes deben conducir el comportamiento egocéntrico e individualista, y exponer en todo momento que no hay ganadores/as ni perdedores/as. Además de esto, entre todas/os tendrán que crear un clima seguro en el cual nadie pueda sentirse excluido/a, y en el que todas/os sepan que su participación es indispensable.

    Bajo mi opinión, la cooperatividad se debe trabajar en todas las edades, por ello, desde el inicio de infantil empezaría a inculcar juegos de este tipo, y los seguiría trabajando durante todo el ciclo, teniendo en cuenta que, aunque se cambie de ciclo siguen siendo importantes para el completo desarrollo del niño/a en aspectos de valores y sociabilidad.

    Bibliografía:
    -Antón Agramonte, E. (2011, 11 febrero). Los juegos cooperativos en educación física. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3629149.pdf
    -Tejero Rodríguez, J. C. (2022b). Aprendizaje cooperativo en Educación Infantil: el juego cooperativo como herramienta de aprendizaje. Google Académico. https://uvadoc.uva.es/handle/10324/54621

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  10. Bajo mi punto de vista los retos cooperativos son imprescindibles para la unión de nuestros alumnos y para que aprendan a trabajar en equipo desde bien pequeños. Con estos juegos aprenderán que cada compañero tiene unas habilidades distintas y como aprovechar al máximo el talento de cada individuo, aprenderán a ver las cosas buenas que tiene cada uno y darle valor a la diversidad. Creo que puede ser una actividad muy útil en el caso de ver que nuestros alumnos no están unidos como grupo, es decir, en caso de conflicto o de que no sean capaces de convivir con el resto de compañeros en el aula.
    “Desde estos desafíos reales simples, se puede llevar a cabo sesiones de desafíos combinados. Ya que el fin de los desafíos combinados es resolver diferentes desafíos simples. Estos desafíos siguen dos secuencias: secuencia lineal, en la que un desafío lleva a otro y así sucesivamente, hay que ir superándolos todos para llegar al desafío final y la secuencia radial, en la que el desafío final es el que manda, por lo cual hay que conseguir los desafíos intermedios para tener más recursos y así alcanzar el desafío final.” (Alcántara Gómez, 2016)
    Personalmente, en un grupo de infantil, aplicaría una secuencia lineal, para que los niños vieran un avance en cada reto que consiguen y tengan claro un objetivo final. Haría grupos reducidos dentro de la clase, pero sin que compitan entre ellos, que el objetivo sea llegar al final sin establecer un ganador por terminar antes ni nada parecido.

    BIBLIOGRAFÍA
    Alcántara Gomez, E. (2016). Retos cooperativos físicos en educación infantil. Universidad de Valladolid. Facultad de educación de Segovia.

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  11. En primer lugar, los juegos cooperativos son de vital importancia que se lleven a cabo desde edades tempranas para que los niños y niñas adquieran un mayor aprendizaje. Estos juegos ayudan a socializar, a responsabilizarse, a crear un ambiente de confianza, a desarrollar habilidades…

    Orlick (1990) considera que los juegos cooperativos profundizan en la libertad de los alumnos y alumnas haciéndoles: libres de la competición; libres para crear, fomentando la exploración con el propio cuerpo y la creatividad; libres de exclusión, todos son partícipes e importantes en la tarea a realizar; libres de elección, camino hacia la autonomía y por último, libres de agresión.

    Para poder llevar a cabo un juego cooperativo, se deben tener en cuenta diversos aspectos: en primer lugar, es importante explicar bien el concepto de “cooperar” para que el alumnado lo tenga claro y pueda ponerlo en práctica. Además, se acompañará al niño/a en cada actividad pero siempre manteniéndose al margen y sólo interviniendo si se solicita ayuda, ya que de esta manera dejaremos que los niños y niñas desarrollen la autonomía. Asimismo, el/la docente, habrá de intentar crear un ambiente respetuoso, libre y confortable en el que el alumnado tenga una actitud positiva y activa.

    Respecto a cómo plantearía este tipo de juegos, a mi parecer, los juegos en los que cada niño/a tiene un rol, son los más efectivos. En ellos, cada uno tiene una responsabilidad necesaria para que, conjuntamente, consigan el objetivo final. Todos, previamente, deben hacer un trabajo individual para que, posteriormente, compartan ideas, pensamientos etc. para llegar a un consenso. Si cada niño/a tiene un papel en la actividad, todos/as tendrán una participación directa y de cada uno/a de los miembros del grupo dependerá el resultado final, por lo tanto no se puede conseguir el éxito si no han sabido cooperar correctamente entre ellos/as.

    En suma, hacer grupos pequeños y asignarle un rol a cada niño/a, fomentará la cooperación y hará que tengan una responsabilidad e iniciativa mayor, ya que deberán llegar a un acuerdo y ayudarse entre ellos/as para acabar la actividad de manera exitosa.

    Callado, V. C. (2013, 28 noviembre). Del juego cooperativo al aprendizaje cooperativo. Una propuesta para el área de Educación Física. Recuperado 18 de octubre de 2022, de https://uvadoc.uva.es/handle/10324/4008

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  12. En mi opinión, la clase de los juegos cooperativos fue muy dinámica y efectiva para ir conociendo a las/los compañeras/os del grupo. Así que seguiría la misma línea que en clase, adaptando los juegos a la capacidad que tienen los alumnos/as de infantil. Primero, los dividiría en grupos pequeños, de 3-4. Cada uno/a tendría un rol que cumplir dentro del grupo y el reto se completaría gracias a la ayuda de cada uno/a de ellos/as, así habrá una participación directa y eficaz. Si el reto no pueden conseguirlo, no pasaría nada, cambian a otro reto. En cuanto a las adaptaciones para alumnado con algún tipo de NEE, todos los juegos podrían realizarlos sin ningún problema ya que, primeramente llevaremos a cabo una lista de todo el alumnado para contar cuantos son y cada juego lo adaptaríamos o, en caso de no poder, la maestra/o ayudaría a los niños/as, pero siempre dejando libertad y autonomía.

    Los retos se efectuarán al comienzo del curso escolar, para que los niños/as vayan interactuando entre ellos/as y conociéndose más. Estos serán retos sencillos, fáciles de alcanzar. Luego, sobre el mes de abril volvería a realizarlos con un nivel de más dificultad con la finalidad de observar y comprobar si saben participar en equipo o si han entendido el significado de juegos cooperativos.

    Finalmente, hemos de tener en cuenta que todo el alumnado haya entendido la explicación de los retos y las normas de cada uno de ellos. Además, hemos de dejar que prueben diferentes formas de alcanzar la meta de los juegos, y darles la oportunidad de fallar y volver a intentarlo. Por otro lado, se ha de eliminar la competitividad, por lo que todos/as tienen una recompensa al final de las pruebas, y por tanto, tampoco hay castigos. Por último, se ha de fomentar el compañerismo entre todos/as, con la finalidad de respetar las opiniones de los demás.

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  13. Los juegos o actividades cooperativas son las que demandan de los jugadores una forma de actuación orientada hacia el grupo en la que cada participante colabora con los demás para la consecución del fin común (Omeñaca y Ruiz, 2007, como se citó en Antón, 2011). En otras palabras, el juego cooperativo busca alcanzar un o varios objetivos comunes, contrarrestar las dificultades o limitaciones con las virtudes o posibilidades entre todos los componentes del grupo, es decir, ayudar al compañero/a en algún aspecto que le resulte complicado y/o presente dificultades para sacarlo adelante, buscando siempre un feedback con aquellos aspectos positivos que puede aportar cada uno/a.

    Como docente se ha de tener en cuenta que estos tipos de juegos deben favorecer al respeto a la diversidad, el trabajar colectivamente y la importancia de la comunicación. Para ello, se pueden plantear tanto para pequeños grupos como para grupos más grandes, aunque, en mi opinión, trabajarlos como en la práctica del gimnasio es mucho más beneficiosa y eficaz. Además, los emplearía en situaciones de acoso escolar o casos de bullying, conflictos entre compañeros/as, hipótesis de una situación de aislamiento y/o para reforzar más la cooperación y menos la competencia, además de habilidades para trabajar en grupo.

    Referencia bibliográfica

    Antón Agramonte, E. (2011). Los juegos cooperativos en educación física. Pedagogía magna, (11), 109-116.

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  14. Según Julián Pérez (2022), el juego cooperativo es en el que los jugadores/as trabajan juntos/as para llegar a un mismo objetivo. Por lo que de esta manera los integrantes de un mismo grupo ganan o pierden todos por igual. Julián añade que en este tipo de juegos es fundamental que los participantes tengan buena comunicación y se coordinen a la hora de realizar las actividades, ayudándose siempre que sea necesario. Por lo que este tipo de actividades contribuyen positivamente en la adquisición de los valores.

    Bajo mi punto de vista, conseguir que participen todos los niños/as por igual en un mismo equipo es la misión más importante para el docente. Por ello, para la realización de este tipo de juegos, organizaría a mi alumnado en grupos de no más de 5 personas, ya que cuantos menos participantes sean más fácil será que todos/as hagan su aportación al grupo. Es imprescindible hacerles saber que están jugando juntos/as para intentar llegar a un objetivo común, por lo que no debe de haber ningún tipo de rivalidad entre unos y otros. Además, otro punto importante que tendría en cuenta a la hora de proponer este tipo de actividades con mi alumnado de Educación Infantil sería fomentar en todo momento la creatividad de los niños/as, por ello plantearía distintos juegos que den pie a ello y que no les limiten al desarrollar su imaginación, ya que en esta etapa esa autonomía es fundamental.

    Como docente considero que es fundamental tener en cuenta las distintas capacidades de nuestros alumnos/as, es decir, tenemos que conocer hasta qué límite podemos llevarles y si todos/as están preparados para llegar a completar los juegos. Esto es imprescindible porque si un alumno no es capaz de llegar al objetivo común y él lo nota puede sentirse mal o inferior a los demás, por eso siempre hay que hacer las adaptaciones pertinentes antes de trabajar los distintos juegos con todo nuestro alumnado.

    Este tipo de juegos les plantearía más de una vez dentro del aula, porque son beneficiosos en muchos ámbitos para los niños/as, como para socializar, aprender a cooperar, ayudar y respetar entre otros

    Por un lado, al principio para que así los niños/as se relacionen y se vayan conociendo, perdiendo la vergüenza con los demás.

    Por otro lado, también les trabajaría más adelante durante el curso para que los niños/as participen de manera cooperativa con compañeros/as distintos, ya que los grupos les haría yo, alternando a niños/as que no suelen trabajar juntos nunca, para darles la oportunidad de relacionarse y conocerse más profundamente con otros compañeros/as y no siempre a los mismos/as.

    BIBLIOGRAFÍA

    Pérez Porto, J. (2022). Definición de juego cooperativo. Recuperado el 17 de octubre de 2022, de https://definicion.de/juego-cooperativo/

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  15. Los retos cooperativos son, como dice el nombre retos que deben resolver de forma grupal. Es decir, entre todos se ayudan para llegar a un objetivo.

    Para realizar los retos cooperativos se suelen formar grupos pequeños, ya que así conseguimos que todos participen y cooperen. Algunos juegos que plantearía son:

    - El juego donde deben llevar un globo entre dos o tres personas sin que se caiga.
    - Otro juego sería, por ejemplo, el de bloques. Por grupos de cuatro o cinco personas se ponen en fila sobre los bloques y no pueden pisar el suelo. Para avanzar el último de la fila debe pasar bloques para que el primero los vaya poniendo.

    Estos son algunos ejemplos que se pueden plantear para hacer retos físicos cooperativos en una clase de infantil. Se debe tener en cuenta la edad de los alumnos/as, ya que estos juegos se deben adaptar. También es importante que se ayuden unos a otros y que sean conscientes de la responsabilidad que tienen en su grupo para lograr la victoria.

    Este tipo de retos los plantearía al principio del curso, ya que, ayuda a socializar y a confiar en los demás. Además, hace que se sientan parte del grupo porque ven que sin ellos el objetivo no se logra por lo tanto fomenta el compañerismo.

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  16. Antes de empezar me gustaría definir que son los juegos cooperativos, según Arcos (2013), son aquellos en los que los niños/as aprenden a compartir, a relacionarse con los otros, a preocuparse por los sentimientos de los demás y a trabajar juntos por un mismo objetivo y, por lo tanto, aprender a ganar o perder como un grupo.


    Aspectos a tener en cuenta como docentes según Pierón 1988 o Le Boulch 1997:
    - Presentar el juego con claridad.
    - Vincularlo a actividades anteriores.
    - Informar dentro del juego a cada alumno.
    - Al final del juego crear un momento de dialogo.

    Según mi opinión y tras presenciar la práctica de juegos cooperativos en el aula, creo q estos son evidentemente un recurso socializador por lo que son perfectos para usarlos sobre todo al principio del curso para que los alumnos y alumnas conozcan a sus compañeros, aunque a lo largo del curso también los utilizaría sobre todo por los beneficios que estos aportan al desarrollo del alumnado y la transmisión de valores como el respeto, amistad, tolerancia … Que se deben desarrollar ya desde los primeros años de edad.

    BIBLIOGRAFIA

    Arcos Martínez, E. (2013). Juego cooperativo en Educación Infantil.

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